lunes, 20 de abril de 2020

La gallina de los huevos de oro


Hola de nuevo.
Durante estos días hemos estado contando algunas historias sobre nuestra familia y sobre nuestro pueblo Ariza. Hemos hecho un concurso de relatos que finalizara cuando realicemos la vendimia 2020, estamos deseando reunirnos después del  COV19.

Aquí tenéis el primero:


                         “La gallina de los huevos de oro"

A orillas del rio Jalón, en la provincia de Zaragoza, hay un pueblo llamado Ariza: La Puerta de Aragón.
En este pueblo se menta una curiosa historia a los niños: "La gallina de los huevos de oro" basados en la inocencia de los niños, los envían a las laderas del castillo para buscar dicha gallina lo único que necesitan es paciencia y una azadilla. No hay que decir que ninguno la ha encontrado, ninguno la hemos encontrado.
Esta historia, como tantas otras, tiene su origen en la memoria del pueblo, en los cuentos alrededor del hogar, cuentos de viejas etc. pero que quizás tengan algo de certeza.
La conquista de España por los árabes en el siglo octavo hizo que estos se distribuyeran por los mejores sitios. La feroz ribera del Jalón fue uno de ellos trajeron nuevos métodos de  irrigación, construyeron azudes, acequias, plantaron frutales; introdujeron los gusanos de seda, eta todo ello para obtener alimentos para su vida. En lo alto del cerro, que domina la vega, construyeron un castillo, desde donde su jefe Abútasar mandaba en toda la comarca. Este castillo, fuerte y rodeado de murallas, le hacían dueño del paso entre el nacimiento del rio y la ribera del Jalón. Abutasar era rico en hombres, alimentos y vasallos; era feliz con su esposa y su hija Fátima y dejaba pasar el tiempo en torneos con sus vecinos.
Se menta que un día se presentó a las puertas del castillo un forastero, solicitando comida y albergue. Abutasar al saberlo envió a su jefe de guardia para que la proporcionare todo lo necesario: comida, ropa, etc. que habilitara un lugar para pasar la noche en un lecho cómodo.
 A la mañana siguiente el forastero pidió audiencia para agradecer a Abutasar sus gentilezas. Fue recibido al instante
El forastero dijo: Señor quiero agradecer vuestra hospitalidad y como recompensa a su amabilidad quisiera realizar para mi señor un regalo para que seáis recordado siempre.
Abutasar le contesto:
- no es necesario pago alguno por lo realizado, la hospitalidad es sagrada para Ala, misericordioso y grande, pero si así lo queréis decirme que necesitáis.
El forastero contestó: una habitación con un fuego y nada más.
El forastero se retiro al aposento preparado por los sirvientes y se encerró por dentro. Pasaron tres días en los cuales nada se supo del visitante, solo unos golpes atenuados por las paredes y poco más. Al cuarto día el forastero salió de la habitación con un bulto tapado con un paño negro y solicitó audiencia con Abutasar.
Llego a su presencia, e inclinándose, le entrego el presente. Abutasar quitó el paño y se quedo maravillado. Ante sus ojos una gallina refulgía de oro, sus ojos eran dos rubíes que rutilaban maravillosos.
El forastero, al ver su asombro, le dijo:
- no es el valor del oro lo que tiene esta gallina, sino lo que encierra en su interior. Todos los años, en primavera, pondrá un huevo de oro y la dicha y felicidad te sonreirán para ti y toda tu familia, por ser un hombre generoso con tus visitantes.
El forastero abandono al instante el castillo y nunca mas se supo de el. Abutasar, un poco incrédulo, espero impaciente la próxima primavera, para ver si se cumplía el prodigio del visitante. Llegada la primavera, Abutasar coloco la gallina encima de una mesa y al momento esta desplegó sus alas, se estremeció varias veces y Oh!  Ala', Misericordioso, puso un huevo de oro.
La noticia corrió por todos los contornos y la fama y poderío de Abutasar creció todavía más.
Pasaron muchos años, felices para Abutasar y su familia.
Los huevos de oro, que no habían faltado ninguna primavera, habían aumentado su fortuna. Su hija se había casado y muchos nietos correteaban por el castillo, pero negros nubarrones se cernían sobre la comarca. Noticias llegadas de Zaragoza hablaban de los cristianos que conquistaban muchas tierras. Llegó la primavera y Abutasar realizó la prueba con la gallina: esta estremeciéndose y sin batir las alas, puso un huevo, un huevo de piedra. Abútasar, con cerca de ochenta años, temió lo peor, su buena suerte se le había acabado. Al otro día, con los claros del sol, las trompetas anunciaron el ataque de los cristianos un ejercito realizaba tareas de asedio. Hubo luchas encarnizadas y Abutasar viéndose perdido, por un portillo de la muralla y en la obscuridad de la noche enterró la gallina de los huevos de oro en las faldas del castillo.
No cuentan como acabo Abutasar, pero los cristianos, sabedores de la historia, buscaron por todas partes a la famosa gallina. Buscaron y buscaron y en la memoria de sus descendientes permaneció la leyenda hasta nuestros días.
Esperemos que algún día alguien, de buen corazón y con mucha suerte encuentre " La gallina de los huevos de oro".




No hay comentarios:

Publicar un comentario

VI Concurso catadores Villa de Ariza

 El pasado día 15 celebramos en las fiestas de Ariza el ya tradicional concurso de catadores. Tratamos de promocionar la Bodega O Biedau y s...