Por segundo año se celebro
el sábado pasado el concurso de catadores Villa de Ariza; mas animado que el
anterior y mas interés por parte de todos.
Las preguntas sobre
cultura fueron en la línea del año pasado y los tres vinos que hemos elegido
para la cata horizontal han sido un Samitier un Atteca y por supuesto un O
Biedau de la cosecha 2014, los tres de garnacha y de la DO Calatayud.
Los premios han sido 6
botellas O Biedau primer premio, 3 botellas O Biedau segundo premio y 2
botellas O Biedau para el tercero y un Barril conmemorativo muy bonito
entregado por la comisión de fiestas del Santísimo Cristo.
Agradecemos la implicación
de la comisión de fiestas y en especial a Javier por su magnifico apoyo y gestión
del evento.
Ha sido mas animado que el
anterior, once partipicipantes ya es un numero considerable; con lo que estamos
muy contentos, ya que es de agradecer el interés y la valentía para someterse a
una especie de examen delante de todos y sobre un tema que sigue causando extrañeza.
Seguimos con la idea de
trasladar a todos los interesados la cultura del vino y el interés por conocer cosas que nos puedan ayudar a
apreciar que es lo que bebemos y activando los sentidos en el momento que
estamos delante de una botella de vino. Por lo menos los más elementales, color,
olor y gusto; pasar de tinto, blanco y
rosado a cereza, picota, etc. no es fácil…
Expresar lo que sentimos
nos es fácil en general por lo tanto a la hora de beber o catar un vino tampoco
es de extrañar que tengamos dificultades.
Ni siquiera el mejor catador del
mundo podrá experimentar, identificar y expresar todo lo que un vino puede
tener qué decir. Un vino no es un motor que podemos desmontar y describir en
cada uno de sus componentes, siempre habrá sensaciones que se escapen o que no
se puedan describir. Ahí es donde empieza la magia del vino.
En cualquier caso es un juego y a través debemos disfrutar de
cada vino que bebemos.
El mejor vino es el que tenemos en
la copa.
Nos prepararemos bien e intentaremos el año próximo
realizar un curso de cata para todo aquel que quiera aumentar sus
conocimientos, todo se puede aprender y se trata de
entrenar nuestros sentidos.
Frase de Baudelaire:
Para no sentir el horrible paso del tiempo sobre sus
espaldas, hay que embriagarse sin tregua. De vino de poesía o de virtud, a
vuestra elección. Pero embriáguese.