jueves, 27 de noviembre de 2014

O Biedau se duerme

 He dado un paseo por la viña, las cepas se resisten a perder sus hojas y estas siguen cambiando de color cada semana, incluso hay alguna cepa que mantiene todas sus hojas mostrando su fuerza y muchas ganas de enseñarnos a pintar.

Los vecinos de las fincas de los alrededores pensaran que estoy loco o se preguntaran que labor estoy haciendo en la viña al final de noviembre!  También me lo planteo, pero  después de un rato siento como las cepas y sus sarmientos se están despidiendo hasta el próximo año  y se puede apreciar muy bien si la poda del año anterior fue buena o hay que retocar algo para que los sarmientos salgan más vigorosos y homogéneos.

Con muy poca imaginación y algo de ilusión sientes que les interesa saber cómo es o se está criando el vino que ha salido de sus racimos, preguntan también por el color, el olor y el sabor; les digo que se duerman tranquilas, su vino está naciendo y muestra todas las características que ellas tienen y mantienen  después de 70 años.

Todo esto después de haber estado en la bodega cuidando el vino de este año, con el absoluto silencio de la cueva se puede oír el sonido de la fermentación malolactica que ha comenzado, y se puede apreciar cómo semana tras semana cambia, se puede apreciar cierta suavidad, supongo será por algunos cambios que hemos hecho este año.

Sigo pensando que hacer vino no es nada fácil y si además queremos que tenga su personalidad y sea agradable al paladar más todavía. Tenemos vino tinto de este año en tres barricas, si los catas uno detrás de otro notas diferencias, están claras en el caso del neto y el de prensa pero entre las dos de neto aunque muy pequeñas y difícil de apreciar las hay.

De lo que si estamos seguros es de que nuestro blanco garnacha 2014 va a ser un magnifico y único vino; su color  ahora es igual al de las hojas de las cepas que podéis ver en las fotos, bebes la garnacha blanca hecha vino y sientes toda su fuerza, saboreas su fruta, notas especias con sensaciones sutiles, muy amplio y sabroso; este garnacha tiene personalidad.
 

Frase

Esta frase es de un baturro que marchó a Zaragoza, a las fiestas, con ánimo de vender cien panderos.
Al pasar por el puente de piedra, se le cayó uno de ellos, tomó la dirección de un remolino, y al futuro vendedor le hizo gracia ver cómo el pandero, tras girar vertiginosamente, desaparecía hacia el fondo.
Para ver si los otros panderos repetían la graciosa desaparición, fue arrojando al agua, uno tras otro, los noventa y nueve restantes.
Los presentes le preguntaron qué diversión hallaba en aquello, que anulaba su negocio. Y el baturro contesto:

Más vale un gusto que cien panderos.









viernes, 14 de noviembre de 2014

La ilusión


Hacía tiempo que quería hablar de la ilusión y el porqué de mantener “Nuestra Ilusión Natural”, ligado a la viña “O Biedau” y el vino que hacemos, de otra manera creo seria más complicado o no seria.

Muchas veces nos pasa que lo que sentimos y pensamos  no somos capaces de expresarlo bien, afortunadamente hay personas que tienen esa habilidad y/o sensibilidad para contárnoslo de un modo fácil; este verano en la revista Eroski consumer leí el siguiente artículo que copio para que entendáis mejor para que sirve mantener “Nuestra Ilusión Natural”, espero que os guste.

 



Artículo:

La ilusión está ligada a las conductas y al comportamiento de las personas. Este término asociado al sueño, la fantasía y a la esperanza va ligado a las emociones, sensaciones, pensamientos y actitudes positivas de las personas. Y, por ello, puede ser una clave para generar cambios positivos en la vida de uno mismo.

La palabra ilusión viene del latín illusio, -ionis, que significa "engaño", del verbo illúdere que quiere decir "burlarse de" y "jugar contra". De ahí que en español, como en otros idiomas, tenga que ver con engaño, idea irreal o distorsión de la percepción de los sentidos, que se hace patente en expresiones como "ilusión óptica", "ser iluso", "de ilusión también se vive" o "hacerse ilusiones", entre otras.

Sin embargo, también tiene un segundo significado, el más popular y arraigado en la actualidad, y que se refiere a algo positivo, favorable y optimista o a expectativas favorables depositadas en personas o cosas. Así, algunos diccionarios también la definen como la ilusión que implica alegría o felicidad que se experimenta con la posesión, contemplación o esperanza de algo (María Moliner) o esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo o viva complacencia en una persona, cosa, tarea, etc. (Real Academia Española).  

Según  Lecina Fernandez, psicóloga clínica, "la ilusión significa una cosa distinta para cada individuo: en el interior de cada uno ha germinado y crecido una idea de la ilusión asociada a las ganas de vivir que motivan, a proyectos, o a la alegría, entre otros. Por ello, la ilusión implica un conjunto y una sucesión de actos y actitudes tales como: creer en los sueños; sentirse capaz para diseñarlos y hacer real lo imaginado; emprender conductas para perseguirlos; mantener, perseverar en comportamientos para conseguirlos; tener esperanza en lograrlos a pesar de la incertidumbre y de las adversidades; y, además, realizar todos estos pasos con ganas y alegría".

Así, pues, la ilusión invita a la acción, hace referencia al tiempo presente y al futuro, habita en la imaginación y va ligada a emociones, sensaciones, pensamientos y actitudes positivas de las personas. Y, aunque parece que tiene mucha semejanza con la motivación, no es lo mismo. Esta experta aclara que "cuando tenemos ilusión estamos motivados, pero no siempre que estamos motivados tenemos ilusión". Pone como ejemplo que se puede estar motivado por estudiar y aprobar una asignatura, pero no tener ilusión por ella ni estar ilusionado por dedicar la profesión a ella.

Otros rasgos que las distinguen es que la motivación se centra más en el presente, en el ahora, mientras que la ilusión acompaña para construir el futuro. Para estar motivados hay que buscar un argumento, dar explicaciones para suscitar interés para sentirse animado a hacer algo; para estar ilusionados no hacen falta explicaciones, la propia ilusión conlleva el ánimo, el deseo y el argumento. A la motivación le acompaña saber que se obtendrá un premio al final; en la ilusión no se sabe si habrá recompensa, la propia ilusión y el perseguirla es el premio, con independencia de si al final se consigue lo propuesto.

Sobre la ilusión no se imparte formación en ningún área escolar ni familiar ni laboral ni de salud. Solo se cuenta con ese legado popular que mantiene viva la llama de la ilusión y cada persona recoge un sentido o significado de la misma.

Sí nacemos -unos más otros menos- con características personales afines a ilusionarnos, como el entusiasmo, el ánimo, la facilidad para soñar, diseñar proyectos, sensibilidad para percibir, la razón y el análisis, etc.

La ilusión forma parte de la vida, del comportamiento. Y el comportamiento incluye conductas, pensamientos, sentimientos y actitudes…
 
 

lunes, 10 de noviembre de 2014

El brindis

            Una vez, en el Monte Olimpo, los dioses y diosas se encontraron con un problema. Los seis sentidos habían sido invitados a una fiesta por Dionisos, dios del vino, pero ni siquiera las más deliciosas bebidas, servidas por la generosa mano de su mayordomo, Baco, pudieron satisfacerlos por completo a todos. Los sentidos –al menos cinco de ellos- se sintieron satisfechos de contribuir a aquellas reuniones. La animación achispó los ojos de la gente, que se puso a danzar por todas partes. El Tacto pasó mucho rato dando sorbos de vino, asintiendo sabiamente e intercambiando opiniones con el sentido del Habla, que estaba ocupado con un cuaderno de notas –ambos podrían haber sido escritores sobre el vino-. El Gusto se relamía los labios y se sumía en expresiones de satisfacción tras cada trago, al tiempo que miraba con algo de desdén a la Vista, que mantenía la copa en alto y a la luz del sol, y también al Olfato, que emitía sonidos parecidos a los de un cerdito oliendo una deliciosa flor. Todos los sentidos estaban ocupados, excepto uno. Se trataba de una persona gruñona que no había bebido en absoluto y que se dirigió a Dionisos con actitud quejosa.
            “¡Siempre me dejas fuera! Todos pueden obtener algo del vino, pero yo no… ¿Cómo podría oír yo al vino?”, dijo el sentido del Oído.
            “Por supuesto que podrías”, contestó Dionisos jovialmente, “métete en un lagar, donde comienza a hacerse el vino, y podrás escuchar y deleitarte con los chasquidos, chapoteos y borboteos de la fermentación”.
“¡Pero no es suficiente con estar allí!”, objetó el Oído, y prosiguió: “Todos vosotros lo pasáis en grande alrededor de la mesa; pero, a menos que alguien rompa una copa o vierta el vino, nada hay para mí en esta fiesta”.
Entonces, Dionisos le cogió una copa a Baco, quien le dio un ligero codazo invitador al Oído para que éste cogiera otra.

“Ahora, ¡escuchad! Siempre que la gente se reúna para disfrutar del vino, deberán hacer esto…”, y Dionisos levantó su copa aproximándola a la del Oído hasta tocarla y emitir un agradable sonido. “¿Habéis visto?”, dijo el dios del vino, “tanto si es cristal contra cristal, como bronce contra bronce, como barro contra barro, ¡ésta será la música de aquellos que aman el vino!¡Salud!”.  El sentido del Oído quedó muy sorprendido y se apresuró a ir chocando su copa con las de todos… Hasta que Juno comunicó a Dionisos que había ya mucho cristal roto en el suelo, que las damas querían limpiarlo para no herirse los pies y que, aunque Caronte siempre estaría dispuesto a verter los restos a la laguna Estigia, tantos cristales rotos sin duda no serían buenos para los peces…

VI Concurso catadores Villa de Ariza

 El pasado día 15 celebramos en las fiestas de Ariza el ya tradicional concurso de catadores. Tratamos de promocionar la Bodega O Biedau y s...