Día
22 de Julio muy caluroso, a eso de la 17:00 aparecen algunas nubes y
viento; terminábamos en la bodega y comienza a llover, la tormenta ya se ha
formado.
Vamos
a la viña y empieza a caer un diluvio, vuelta para el pueblo, algún granizo
retumba en el techo, detrás nubes blancas presagian lo peor, algún juramento de
labriego y a esperar.
Durante
media hora cae agua fuerte y con algunos granizos gordos pero aislados, el
barranco baja bastante agua rojiza, casi barro.
Deja
de llover y con sol radiante vamos a la viña; que habrá pasado?
Una
vez cruzado el barranco que todavía baja algo de barro, llegamos a “O Biedau”,
el granizo no ha sido nada grave; una alegría muy grande!
Con
el último pase de cultivador la tierra ha absorbido los más de 35 litros/m2 que
han caído en “O Biedau”!
Hasta
aquí lo tenía escrito para una nueva entrada; el sábado 25 de julio recorrimos la viña
despacio, los racimos no cubiertos por la hojas tienen daños importantes y están
afectados por los granizos del miércoles pasado, no es un desastre pero nos
tememos que casi 1/3 de la cosecha este
afectada.
Hacía
muchos años que no teníamos pedrisco en la viña y por lo tanto no lo había recogido
en el blog. Ahora toca vigilar y prevenir posibles brotes de oídio y/o mildiu,
las condiciones son favorables para su aparición.
No
todo va a ser fácil, la naturaleza es maravillosa pero a veces causa daños que
siempre repara.
Frase: