A pesar de
la situación, debido al coronavirus, vamos a empezar a preparar el concurso
2020.
Intentare
ponerme en contacto con los viñedistas de Ariza para que vayamos preparando
nuestros vinos y podamos presentarlos al concurso que ya se ha convertido en habitual
en la puerta de ayuntamiento y que este año no podemos dejar, por lo que
debemos prepararnos.
Los vinos están
en nuestras bodegas reposando y esperando que los podamos probar, ya son 2
meses sin echar un anzuelo y ver la evolución en las barricas de robles nuevas
que este año hemos usado por primera vez.
Según me
informan esta lloviendo bastante, esto es buenísimo para las viñas y también
para las bodegas, cuevas en la ladera del castillo cavadas en tierra arcillosa
que necesita cierta humedad para mantener la consistencia de los techos y
paredes.
Los pocos
viñedistas que quedamos seguimos afanándonos en cuidar nuestras viñas en
tiempos muy difíciles y dedicamos mucho esfuerzo a ello, con lo que el concurso
puede ayudar a dar a conocer la ilusión
con la que cuidamos y hacemos nuestro vino garnacha y así intentar conservar lo que
a nuestra tierra ha significado desde hace mucho tiempo un medio de subsistencia
que ahora y de momento solo es un intento de conservar parte de nuestras raíces
y que podría ser un homenaje a nuestros
abuelos.
Aunque en
cualquier oficio artesanal se trabaja muchas horas, al menos uno puede dormir
tranquilo de noche, porque sabe que sus manos y su mente han producido algo lo
mejor que han podido.
Este oficio
no nos hará ricos pero ¿qué tiene eso que ver con la vida?
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