Alguien dirá qué tiene que ver la gota fría con la queja, no
lo sé, me ha salido así.
Nunca había presenciado y sentido una lluvia tan intensa en
tan poco tiempo. Todos los indicios presagiaban una tormenta fuerte con grandes
posibilidades de granizada y las noticias así lo estaban confirmando en los
alrededores de Ariza. A las 18 horas comienzan a caer granizos, en vez de
pensar en que todo se va a perder pienso que solo son unos pocos y que solo será
agua y además el paraje de la viña “O Biedau” tiene algo especial y se defiende
bien.
Salgo rápidamente en medio de la tormenta a ver qué está ocurriendo en
la viña, no puedo pasar ya que el
barranco baja mucha agua, pero veo que ha dejado de caer granizo, tengo que
volver y esperar al día siguiente.
La tormenta arrecia y todos los barrancos y el rio se
desbordan, hacemos fotos y la gente lo ve como un espectáculo, yo no dejo de
pensar qué veré mañana, sin dejar de creer en que no habrá problemas y la viña
se salvara sola.
Día 4 de julio 6:30 de la mañana la viña esta preciosa y
regada para todo el verano, tendremos buena cosecha, solo queda que el sol
naciente dore nuestros racimos. Lo del sol naciente lo contare en otra entrada.
El trabajo que estamos realizando en la viña empieza a ser
reconocido por algunas personas del pueblo; hace tiempo la pregunta era “para
que estáis haciendo esto y lo otro” con bastante incredulidad y negatividad, ahora
que alguien diga o comente que tu viña “esta preciosa” es un chute de ánimos y
orgullo, estos trabajos son la base para cuando finalmente consigamos que “Nuestra
Ilusión Natural” salga a la luz se entienda el por qué del gran trabajo que
estamos haciendo.
Ver que el trabajo y la constancia dan sur frutos es una satisfacción
enorme. En el camino hay mucho sacrificio sin quejas. Las quejas no sirven
para nada si se quedan solo en eso. Desgraciadamente hay demasiada gente que
solo se queja y no hace nada realmente efectivo para cambiar las cosas, es muy cómodo
y además si te quejas bien parece que haces algo, en general y últimamente cada
vez mas es el deporte nacional . Hay mucha gente que trabaja y genera algo,
pero desgraciadamente hay demasiada que no hace nada y como de una u otra
manera tiene algo que perder no se atreven a intentar cambiar las cosas, pero se quejan de todo, táctica que cambia cuando
les afecta de alguna manera.
En próximas entradas intentare seguir con este argumento, creo
que a la gente le da miedo la libertad y
la responsabilidad de equivocarse y por eso prefieren que otros les resuelvan
sus problemas aunque sean utilizados y manipulados, conformándose con QUEJARSE.
Debo de adelantar que también hay gente que se queja de
tener que hacer siempre la tortilla y la
sigue haciendo bien.
El atardecer estaba
dejando paso a la noche en las inmensas llanuras centrales de la India. Un tren
surcaba el territorio como una gran serpiente quejumbrosa. En el interior del
tren, cuatro hombres compartían un coche cama. Los cuatro eran desconocidos
entre sí.
Como ya era tarde, los hombres
se metieron debajo de las sábanas y empezaron a dormir. Al cabo de unos diez
minutos empezaron a oír:
-¡Qué sed que tengo! ¡Pero qué
sed que tengo!
La voz pertenecía a uno de los
cuatro viajeros. Los restantes se despertaron molestos por las quejas, pero
intentaron conciliar el sueño. Transcurrió una hora y la voz no callaba. Cada
pocos minutos, arreciaba:
-¡Pero qué sed que tengo! ¡Qué
sed que tengo!
Uno de los viajeros, cansado del
quejica, se levantó, caminó hasta el lavabo del tren y llenó un vaso de agua.
Sin decir palabra, se lo entregó al viajero sediento, que se lo bebió de golpe.
Al cabo de media hora, cuando todos ya habían conciliado, esta vez, un buen
sueño, una voz los despertó de nuevo:
-¡Pero qué sed tenía! ¡Qué sed
tenía!
Las fotos: durante y después
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