lunes, 27 de octubre de 2014

El desfangado

También es un esfuerzo no falto de dificultad escribir o describir en el blog el proceso de nuestro vino, son tantas las cosas o sensaciones que podríamos contar que resulta algo complicado, en cualquier caso ahí va:

El día precioso, las pocas bodegas vecinas también han pinchado el lagar y están sacando su vino. Probamos nuestros vinos, comentamos que es muy difícil mantener nuestras viñas por el puro placer y creo que invade el desanimo. Cada año hay alguien que deja de explotar su pequeña viña y vemos difícil que se pueda hacer algo para evitarlo.

Estamos muy cerca del final del proceso. La fermentación alcohólica ha terminado y hemos desfangado. Es muy emocionante ver salir nuestro vino ya fermentado por la canilla del lagar.
Esta operación trae la imagen de nuestro padre preocupado, si al abrir el grifo el vino no comienza a salir, ya que suele estar tapado por los residuos de la uva y suele costar que comience, siempre da  “un taponazo”   sale con toda su fuerza, este año como siempre también ha dado el taponazo al pinchar el lagar.
Ahí está el vino de 2014 seco y potente, ya podemos llenar el pocillo y llevamos por decantación a las barricas, todo un espectáculo de color.

Ahora es el momento de repasar todos los cuidados que hemos dado a la viña y poder apreciar lo sucedido desde la poda;  la floración, los arados, la poda en verde, el sol, la lluvia, las temperaturas, el deshojado, los pájaros, la vendimia, el despalillado, los bazuqueos y remontados, etc.
Perseverancia, esfuerzo y constancia para conseguir Nuestra Ilusión Natural. Los que hemos corrido alguna maratón, sabemos que lo  más difícil es empezar y tener el firme propósito de terminar los 42,195 kilómetros, una vez que alcanzas la meta puedes repasar los largos y duros entrenamientos del todo el año, te emociona, despiertan todos los sentidos y lloras.
 Hacer vino o llegar a la meta es fácil, lo difícil es mantener la constancia en los entrenamientos y cuidados de la viña.
Conseguir que las cosas y en este caso el vino manifieste los cuidados que hemos sido capaces de dar  es una satisfacción que visto el resultado emociona.

Intentar impregnar nuestro vino con el máximo de valores es una tarea larga y no exenta de incomprensiones;  con nuestra constancia  algún día  lo conseguiremos.
Los valores son inagotables y no hay ni ha habido persona alguna que agote la nobleza, la sinceridad, la bondad o el amor y sin embargo no somos capaces de reconocerlos y menos de practicarlos.
Es frustrante oír que  algo que te cuesta mucho esfuerzo  no merece la pena o no es rentable.
No tengo muy claro cuál es la razón pero en el mundo actual la desorientación  es debida a la separación entre el mundo técnico, científico y político de la lógica del interior del hombre, de sus valores, de su imaginación.

Bueno que me aparto de lo simple y me voy por las ramas…ha sido un fin de semana de mucho trabajo, pero ya tenemos nuestro vino comenzando la fermentación malolactica.

Una sorpresa ha sido nuestra garnacha blanca que nos ha dado un blanco en el que se puede apreciar como el  sol ha dorado los racimos, ¡genial!  Su sabor afrutado permite beberse la garnacha no falta de graduación, es una maravilla verlo salir por el caño del depósito hasta la barrica de 60 litros donde en poco tiempo lo pasaremos a botellas.


                                                             

¡Podéis ver los colores!
Blanco y tinto salen después de fermentación alcoholica:


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